miércoles, 2 de junio de 2010

De lluvia, sol y sombras.

En estos días llueve como si fuera el monzón de otras latitudes, también el sol nos ha castigado con un ensañamiento propio del verano tropical, isleño. En medio de estos extremos seguimos tranquilamente anonadados, disfrutando el sopor del mediodía después de las onzas de harina que suponen la nutrición más eficaz para un cubano. No pasa nada. Es conveniente que no pase nada más que la rutina, es conveniente que no haya brisa ni tormenta, que los rebaños apacienten tranquilos en las laderas del miedo o rumien en los valles de la conformidad. Unos se van, otros quedan afilando el estómago para la batalla del día, del mes, del año, de la vida que se impone. Pero a todo esto hay que sonreír, a todo hay que verle más que sombra y duda. ¡Levántate y anda! me dice Jesús desde el pórtico de esta tumba verde y húmeda...yo, como Lázaro, he de resucitar de una buena vez.

1 comentario:

  1. Amigo: no importa la lluvia, la tormenta, el ruido ensordesedor de los truenos, leerte siempre hace salir el sol.
    Un beso sincero, retenlo, que escasean.
    Gre

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