jueves, 5 de julio de 2012

De "Mecanismos celestes"


VI

Saltar el muro, huir, masticar los peces voladores.
Deslizarse por el pretil de los colmillos,
atravesar el estrecho,
beberse  la yema del mediodía con la elegancia de un buitre.
Aplastar un policía con dos letras de mártir, escupir las leyes
blasfemar contra el vecino
pintarse de negro el alma y de blanco las tripas.
Oponerse, abstenerse, callarse
en los conciertos.
Fundar un partido de que no sea de fútbol
Matricular en la escuela de la muerte
donde se aprenden las cinco leyes del rigor mortis.
Adoptar un duende que será diablillo al crecer.
Beberse una ola, mientras pasa Jacques Cousteau
fumando algas alucinógenas.
Prohibir el paso al  tiempo, derrotar las iglesias,
encogerse en una concha tibia todo el frío verano de la isla.
Limpiarse el pecho de espinas, afilar los relámpagos,
el verbo.
Publicar los gritos y olores del fornicio.
Volarse la tapa de los pensamientos con alas de pólvora
con pólvora de alas,
roja como los ojos del que mira desde el fuego.
Arrancar la cabeza de la máscara china,
los maquillajes del fraude,
comprar las edades del oro y hacer eterno el gesto de su boca.
Hundirse en el río y atrapar graves píldoras de Omega tres.
Estirar la isla hacia  otra península moribunda,
leer las mudanzas de Guillermo, los matariles
y sobrevivir.
Enmarcar un fantasma en el retrato de la mente
con sus pechos grandes e incorpóreos.
Resistir cien días de soledad en el cajón de los olvidos
donde se agolpan telarañas y cuchillas
espadas y mensajes del más allá.
Saltar el muro, huir, masticar los peces voladores.
Deslizarse por el pretil de los colmillos,
atravesando el estrecho verdoso de las hadas
y no volver.

jueves, 24 de mayo de 2012

Mecanismos celestes

  A Chela, que ha dejado a oscuras esta isla...

A dónde viajan los blancos aviones que parten mi cabeza
con sus navajas de flotar sobre el mundo,
a dónde se llevan mi trozo de isla
mi sobrecamas tibio,
mis alaridos nocturnos...
Cuándo regresan esos pájaros del miedo
con sus
 panzas iluminadas por los ojos del que espera...
Qué aterrizaje ha de verter el labio florecido
en esta orilla verde de la soledad...
Sí, ya sé que la vendimia de agosto nos traerá
en su caja negra
un  aeropuerto para el abrazo incandescente...

Mi nuevo corto de ficción...


viernes, 25 de febrero de 2011

Marabú


Nadie sabe con certeza cómo llegó la primera semilla. Los vaqueros del pueblo culparon a las reses importadas desde Asia, y el maestro de la escuelita sugirió que pudo caer junto a los restos del meteorito encontrado el año anterior en las inmediaciones. El jefe de la policía fue más drástico al insinuar una especie de sabotaje, “agresión vegetal”- dijo — y por supuesto que Facundo, un sargento retirado de las Fuerzas Armadas le dio toda la razón.
Ramhir, el místico, pregonaba el advenimiento de múltiples desgracias: la pérdida de los pastizales y con ello la muerte de las reses, única fuente económica de los habitantes; el encierro del pueblo en un anillo de espinas asfixiantes, colmado de mosquitos y otras plagas comparables a las acontecidas en Egipto…etcéteras que hacían a la señora del Presidente del Consejo de la Villa persignarse tres veces y exclamar: “¡La hostia divina!”.
Una comisión de funcionarios del gobierno visitó el poblado que poco a poco ganaba notoriedad por la acelerada acumulación de arbustos resistentes a podas, control biológico (ovino y caprino) o cualquier otro método químico de exterminación. Los funcionarios dictaminaron la urgente evacuación de los habitantes del pueblo.
Esta noticia provocó total rechazo y algunas manifestaciones de protesta contra el marabú y contra los funcionarios (por supuesto que aprovechadas por la oposición política).
No aparecía solución alguna. Ni siquiera la contratación de inmensos y modernos buldóceres que arrancaban casi de raíz la compacta muralla vegetal que ya rebasaba las casas, apoderándose de sus jardines y patios. Incluso se veían brotes desde la plaza hasta el parque.
Así, una noche en que el pueblo y su gente se retorcían, sin luz eléctrica, martirizados por millones de mosquitos, escarabajos, arañas y jejenes, el jefe de la policía y el viejo sargento convencieron a Kinto, el loco, de que todo estaba perdido.
Con gran esfuerzo y no pocas espinas en el cuerpo rebasaron el cerco de marabú. Los cuerdos dijeron palabras solemnes de sacrificio y redención, colocaron en el pecho del chiflado una medalla y le pusieron en las manos una tea.

jueves, 23 de diciembre de 2010

El arraigo

Nadie sabe dónde estaremos cualquier día del próximo año, yo ni sospecho si por fin me arrastrarán hasta esa otra nación que es la capital del país. La Habana es una especie de república independiente dentro de esta isla. Allí, para bien o para mal, han ido a parar mis amigos, mis enemigos y muchos de los mejores artistas, políticos o seres solciales y sociables que hacían de esta otra región (la más olvidada) una aldea cercana al corazón. Tal vez el próximo años Daykel, otro de los seres buenos que conozco, tenga que emigrar, por las razones superiores del amor, a esa ciudad bendita, a esa ciudad de luz y putrefacción...y tal vez allí nos veamos porque solo el amor pudiera convocarme, también, a tal desenfreno. Aunque sé que cuando lleguemos hasta la orilla de su mar querremos mirar atrás y poder ver nuestra aldea al final del horizonte.


ALDEA

Me tomaste de la mano y nos fuimos
hasta la ciudad…
hasta el borde
donde la isla termina
en una ola contra el muro.
Y nos dimos cuenta que
no es una lagartija infinita…

y decidimos volver.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Desde los confines del tedio

Finalmente ha llegado lo que esperaba, un paquete de cuentos y poemas de mi más cercano amigo, José Alberto Velázquez López, suicida, de verbo arborescente y filoso, pero siempre testimoniante de una época, de un padecer casi generalizado, no solo para los de su generación. Autorizado a publicar fragmentos de sus textos, no pierdo un instante y aquí están...de su poemario 777 Pelícanos...

amada y fiel basura sálvame/ oh amada y fiel basura yo/
oh amada y fiel basura yo no sabía que la sombra
alargada/ que la sombra alargada sobre aridez era país-/
oh amada fiel basura ojos de perro niña maloliente círculos/
círculos de sangre podrida, fruta demasiado alcanzable sálvame sálvame/
sálvame por lo que más tú quieras: sálvame que yo no sabía
que esto era así que los amigos traicionan y que yo traiciono
más que los amigos y que ellas son fieles pero yo amo a las que no lo son ni un poco y estoy puramente/ estoy seriamente/ bestialmente cansado de ti y de ti y de ti y de esto y de esto y
de lo otro/ oh amada basura mira cómo vomito sobre la muchacha/
sobre la muchacha que vino a besarme porque pensaba que yo era algo/
que yo era algo que no soy ni seré ni me importa/
ni me importa un poco / porque mi lugar eres oh fidelísima/
tenaz basura que recibes sangre que escapa de cuerpo/
de cuerpo indistinto donde hundo cuerpo distinto/
distinto algo distinto amor

lunes, 30 de agosto de 2010

Adentro...un poco más adentro.

Para hablar sobre las selvas con Galia Luz


Sucede que casi todos los "humanos" llevamos una selva dentro como quien incuba los trinos, la humedad, el arcoíris de un jueves por la tarde...llevamos en el pecho animales carnívoros que devoran a ratos la soledad y que a ratos despedazan las compañías anheladas, empollamos los huevos de nuestras propias aves parlanchinas, coloreadas ad libitum según nos enseñara Dalí (se pueden sentir colgando en los árboles tropicales del estómago los relojes acuosos del excéntrico bigotudo)…o pueden sentirse las pirañas contadas por Quiroga como si fueran besadoras de la Casa Verde, esa que un día, de otras putas y otro alcohol, hundió Vargas Llosa en el Amazonas profundo de mi mente. Todos llevamos enredaderas que ahorcan los suspiros si te dejas arrinconar bajo un tronco podrido de nostalgia, llevamos un poco de pantano, un tilín de bichos que pican, muerden, chupan… que acarician la piel de indio civilizado que vistes. Todos queremos encontrar cannabis y probar el vuelo como un ángel vegetal. No para olvidar, porque olvidar nos nulifica, sino para ver más allá de la frontera verde que esta selva nos impone…y cuando te aburres de ser solo clorofila y consumir co2 y defecar oxígeno interminablemente, como por decreto del guardabosque, como imperativo de la industrial celulosa, entonces quieres hacerte mar…y la historia, según Jacques Cousteau, se repite otra vez bajo el piélago ardiente de petróleo azul.

jueves, 26 de agosto de 2010

Razones para guillotinar la soledad

Desde Osmanis Oduardo, que en paz descansa.

1-Que se aparezca la noche bajo tus sábanas y no haya más que orfandad, apenas unos temblores de animal oscuro, zarpazos de otros seres apocalípticos, inventados por los ojos que sólo beben el café silencioso de los astros.
2-Que el libro sea visión irretenible, una mueca a los demonios de Ishtar, invocada al centro del pecho donde latir es el lujo de algún músculo donde anida la esperanza. De eso ya hablarán los políticos o los sicólogos.
3-Que mi nombre sea otra versión de letargo. El adn que se ignora en las pesquisas de la fiebre y la tos. Un flashback, un saludo configurado por los ritos medievales. Ser una ostra o un pez del abisal no glorifica en tanta ambigüedad.
4-Que las costillas se quiebran y pueden sanar por sí mismas, que no son una región tan sagrada como para enterrarse en ellas. Y las vísceras del orgullo se inflaman con el miedo a la costa áspera de la verdad. Y vale más un perro caliente que una lágrima de cualquier mendigo.
5-Que si ser ofrenda es el valor del amante, entonces ser presagio es la virtud de la palabra. Discurso sobre los zapatos rotos y un frutal azul donde navegan mis larvas compañeras. Tengo una cama, todo el aire que dibuja el aspa negra, ella me arrulla como novia escogida en los mercados del alma. Un cuerpo para inventar las configuraciones nihilistas de quien ya no piensa, no cree, quien nada espera del techo de esta casa.
6-Que hay una cuchilla en cada letra, cada trazo mental es guillotina donde las razones sacrifican su vientre y hacen versos cursis y canciones protesta. Ya sin barricadas nos vamos al juego y la cerveza, desde su boca espuman algunos besos cítricos, victoriosos.
7-Que todo lo anterior es, a veces, sólo memoria, capítulo absurdo, manifiesto y deserción. Porque aún quedan veinte mil leguas de miedo y cien años de soledad entre el filo y la carne.

lunes, 23 de agosto de 2010

Tijeras a la memoria

Para Eduardo era una especie de maldición bendita...por las tijeras conoció a la que se convertiría en su familia, por ellas también le llegó la angustia, el dolor, el adsurdo...
A veces quisiera unas tijeras, no en las manos porque mi torpeza me haría cortar el mundo a la mitad, sino en el pensamiento, para ir quitando las ideas impropias de alguien que supuestamente debe seguir por el cause que le imponen las reglas ad usum.
Unas tijeras sin rencor, herramientas que esterilicen la memoria y vayan extirpando las zonas erróneas de mi propia historia. ¿Sabes qué idea me arrancaría sin miramientos? el concepto LIBERTAD, que ha sido más bien una burbuja acuosa, programática en la que me he embebecido como un cordero ignorante. Sucede que ahora me hacen ver que he sido (y sigo siendo) dominado por el Nuevo Orden Mundial. Eso me recuerda al poema "Conversión del asirio"

Cuando llegué leproso a las murallas de Korsabad,
dizque sagradas y longas como el nombre del monarca,
capital de todos los que temen,
me dijo un exorcista babilonio:
“Para que construyesen templos que alegraran
el corazón de los dioses, Marduk creó a los hombres.”

Y respondí arrancándome una pústula tornasolada:
“Yo me cago en Marduk.”

jueves, 24 de junio de 2010

Los signos del día

Hay días en que el pecho amanece oscuro y lleno de preguntas. Días en que los ojos no van más allá de la nariz y sus pecas. Son esas 24 horas de la nostalgia, de desasosiego y la espera, tal vez inútil, de que alguien llegue y con un golpe de labios barra la negritud...

miércoles, 2 de junio de 2010

De lluvia, sol y sombras.

En estos días llueve como si fuera el monzón de otras latitudes, también el sol nos ha castigado con un ensañamiento propio del verano tropical, isleño. En medio de estos extremos seguimos tranquilamente anonadados, disfrutando el sopor del mediodía después de las onzas de harina que suponen la nutrición más eficaz para un cubano. No pasa nada. Es conveniente que no pase nada más que la rutina, es conveniente que no haya brisa ni tormenta, que los rebaños apacienten tranquilos en las laderas del miedo o rumien en los valles de la conformidad. Unos se van, otros quedan afilando el estómago para la batalla del día, del mes, del año, de la vida que se impone. Pero a todo esto hay que sonreír, a todo hay que verle más que sombra y duda. ¡Levántate y anda! me dice Jesús desde el pórtico de esta tumba verde y húmeda...yo, como Lázaro, he de resucitar de una buena vez.

lunes, 24 de mayo de 2010

Pax armada (primeras lamentaciones)

la guerra se ha filtrado en mi costal ha sonado su trompa en las orejas peludas del odio la batalla no será por tierra ni esplendor toda la sangre ha de saciar la sed del inmortal he dejado en mi aldea los huesos de mi padre colgados junto al fuego para acallar la ira de mi dios tan humano tan simple como el cuchillo que cercena la garganta mi dios es un pigmento indefinido de sexo universal y múltiple mi dios que derrotó la furia de todos los ídolos y vació las órbitas de los indios de la Caribana dizque antropófagos e inútiles en el atadijo sagrado llevo la insignia de mi casa donde también quedó el amable cuerpo de Cheloa tal vez abrasado de pánico ella no amamanta a ninguno de mis hijos porque alcancé su pecho después de los conjuros pero ella viste la sabiduría de su tribu y ríe como los torrentes de la sierra apacienta mis plétoras después de la kukatepada y goza como cualquier Xana de las que fornican batracios en los ríos de Asturias despierto con fiebres extrañas con la lengua agrietada exhalando el nombre de Cheloa y las vísceras del buitre me alertan hay una sombra en su hígado hay una mancha como la sierra madre sobre el párpado del día hoy va a morir el cuerpo y la sangre aliviará la sed del inmortal que es solo un nombre fúrico tal vez un mito de la gente una cifra grotesca ya ininteligible
temo pero los huesos del Padre cuelgan en mi memoria lloro por los hijos que no me acompañarán al humo sagrado de la muerte por el cuero firme de mi hurí quien en rito ancestral ha de entregar su aliento a mi cadáver la paz es el principio de la guerra la guerra es el principio de la paz sólo para los muertos

Pax armada (segundas lamentaciones)

voy a quitarme el sombrero para burlarme de la tos del mendigo para escupir a los discursos para barrer algunos carteles que no pongan tu nombre inundaré de peces los muros como si fuera una canción de varela voy a marchar en sentido del cielo como quien se cree un ángel capacitado para olvidar es así como se crea un mito una revolución del miedo una peregrinación hacia el ocaso nada puede salvar al hombre sólo el pecho de una mujer almada hasta los dientes y unos hijos apellidados como los ancestros mandan perdonen las miserias del alcohol perdonen la indiscreción del humo que delata que somos unos indios con los huesos al aire indios que nunca hemos comido res ni pan con los ojos aturdidos de inocencia con algunos patos posados en el vientre y la cabeza listos a ser devorados por el fuego antes que declarar que nuestro cemí no ampara que esta tierra no fue el refugio donde encontrar los abrazos más cálidos perdonen las ensoñaciones arcaicas perdonen el sexo al aire como si fuera el niño del pesebre disculpen las pedradas al ministerio los aullidos como bombas estallando en los parques perdónenme mi propia tos arropada en las escasas columnas de mi ciudad perdóneme el asco la insania los cuervos que anuncian otras muertes perdónenme todo que yo les perdono el silencio y la obediencia servil

jueves, 20 de mayo de 2010

Premoniciones

He despertado bajo la ducha fría con la esperanza de una/otra luz. Sin embargo las noticias no son alentadoras: el derrame de petróleo en el Caribe se dirige de alguna manera hacia nuestras costas, suspendieron la esperada Serie Selectiva para emplear el presupuesto en luminarias para el Latino ¿?, los artistas no recibiremos premios en metálico y mi novia sigue en la habana, yo pudriéndome en una ciudad que no es la mía. Lo bueno es que desde los cúmulos nimbos que sobrevuelan esta parte de la isla se ha derramado un torrente de lluvia renovadora. Ojalá este aguacero traiga frescura y limpieza al pensamiento. ¿Acaso mi pueblo no sospecha que estamos cercados otra vez? Por el hambre, la deuda, el petróleo maldito, por el pensamiento corto, por las miserias del hombre nuevo, por los temblores de Gea, por todas las fronteras que nosotros mismos nos hemos impuesto.
Tal vez debí seguir durmiendo.

miércoles, 19 de mayo de 2010

En las rojas escamas del Ángel

Párteme el vidrio del pecho de una vez
devuelve con el golpe las ondulaciones del aire
para rugir casi bestial sobre las alas de esta ciudad balcón, mugre, espinas
corvas como las imitaciones que negrean mi cabeza.
Mi cabeza es más bien el páramo donde habitas sin sombra, sin líquidos,
sin nubes que anuncien el oasis de los exquisitos burgueses.
Inventa un graffiti en medio de tu sala con los escombros de mis brazos
o con los ecos moribundos de una canción flamenca
donde lamento sea más bien rugido vaginal, consagración de tus pechos.
Si pudiera empujar las cinco hasta el borde de las diez
hora en que dejarás de ser invocación para resucitar
a los domingos de la ciudad ceniza, herrumbre, caldo.
Yo entonces me abstendré de los ayunos y de los cuarenta días sin ideas
solo, en diálogo sereno con las rojas escamas del ángel.
Quien suma tantos párpados equidista de las botellas
donde no te hayas bebido la hiel de la edad.
Cuarenta días viendo pasar los cuerpos al poniente
con la penitencia de no llevar latidos, ni fotos, ni guitarras.
Parte el holograma del cerebro
Quítame los papeles, la ensenada, el trigo
que yo también puedo vivir sin pan
mas no sin ti