lunes, 24 de mayo de 2010

Pax armada (segundas lamentaciones)

voy a quitarme el sombrero para burlarme de la tos del mendigo para escupir a los discursos para barrer algunos carteles que no pongan tu nombre inundaré de peces los muros como si fuera una canción de varela voy a marchar en sentido del cielo como quien se cree un ángel capacitado para olvidar es así como se crea un mito una revolución del miedo una peregrinación hacia el ocaso nada puede salvar al hombre sólo el pecho de una mujer almada hasta los dientes y unos hijos apellidados como los ancestros mandan perdonen las miserias del alcohol perdonen la indiscreción del humo que delata que somos unos indios con los huesos al aire indios que nunca hemos comido res ni pan con los ojos aturdidos de inocencia con algunos patos posados en el vientre y la cabeza listos a ser devorados por el fuego antes que declarar que nuestro cemí no ampara que esta tierra no fue el refugio donde encontrar los abrazos más cálidos perdonen las ensoñaciones arcaicas perdonen el sexo al aire como si fuera el niño del pesebre disculpen las pedradas al ministerio los aullidos como bombas estallando en los parques perdónenme mi propia tos arropada en las escasas columnas de mi ciudad perdóneme el asco la insania los cuervos que anuncian otras muertes perdónenme todo que yo les perdono el silencio y la obediencia servil

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