jueves, 20 de mayo de 2010

Premoniciones

He despertado bajo la ducha fría con la esperanza de una/otra luz. Sin embargo las noticias no son alentadoras: el derrame de petróleo en el Caribe se dirige de alguna manera hacia nuestras costas, suspendieron la esperada Serie Selectiva para emplear el presupuesto en luminarias para el Latino ¿?, los artistas no recibiremos premios en metálico y mi novia sigue en la habana, yo pudriéndome en una ciudad que no es la mía. Lo bueno es que desde los cúmulos nimbos que sobrevuelan esta parte de la isla se ha derramado un torrente de lluvia renovadora. Ojalá este aguacero traiga frescura y limpieza al pensamiento. ¿Acaso mi pueblo no sospecha que estamos cercados otra vez? Por el hambre, la deuda, el petróleo maldito, por el pensamiento corto, por las miserias del hombre nuevo, por los temblores de Gea, por todas las fronteras que nosotros mismos nos hemos impuesto.
Tal vez debí seguir durmiendo.

2 comentarios:

  1. Amigo:
    Siempre te he dicho que eres poesía... y eso es lo menos simple que existe en la vida, la aspiración más elevada concedida a pocos. No es actitud ni aptitud ni un estado ni una etapa ni proceso ni sustantivos manidos... la poesía te acompaña junto a la gorra, el despiste, la mochila y últimamente el móvil y la laptop para hacerte diferente y amado, imprescindible e improstituíblemente transparente e irreverente.
    No dejes que manchas de petróleo, de desidia o de indolencia detengan tu paso, ni siquiera merecen que vuelvas la vista.
    Escribe, date todo ahí, que no podemos seguir mucho tiempo más en este círculo cual serpiente mordiéndose la cola.
    Te quiero como a mis costillas.
    Un beso y un abrazo prolongado.
    Gre

    ResponderEliminar
  2. Mucho amas tus costillas, amiga, porque sé del cariño que me has adjudicado tal vez sin merecerlo...intentaré ser fiel a lo que pienso, total, el pensamiento y la idea conforman una nación particular, un país interior donde nadie más nos rige, allí es donde en verdad somos libres, es donde más nos parecemos a Dios...

    ResponderEliminar