lunes, 23 de agosto de 2010

Tijeras a la memoria

Para Eduardo era una especie de maldición bendita...por las tijeras conoció a la que se convertiría en su familia, por ellas también le llegó la angustia, el dolor, el adsurdo...
A veces quisiera unas tijeras, no en las manos porque mi torpeza me haría cortar el mundo a la mitad, sino en el pensamiento, para ir quitando las ideas impropias de alguien que supuestamente debe seguir por el cause que le imponen las reglas ad usum.
Unas tijeras sin rencor, herramientas que esterilicen la memoria y vayan extirpando las zonas erróneas de mi propia historia. ¿Sabes qué idea me arrancaría sin miramientos? el concepto LIBERTAD, que ha sido más bien una burbuja acuosa, programática en la que me he embebecido como un cordero ignorante. Sucede que ahora me hacen ver que he sido (y sigo siendo) dominado por el Nuevo Orden Mundial. Eso me recuerda al poema "Conversión del asirio"

Cuando llegué leproso a las murallas de Korsabad,
dizque sagradas y longas como el nombre del monarca,
capital de todos los que temen,
me dijo un exorcista babilonio:
“Para que construyesen templos que alegraran
el corazón de los dioses, Marduk creó a los hombres.”

Y respondí arrancándome una pústula tornasolada:
“Yo me cago en Marduk.”

1 comentario:

  1. Poeta estás inspirado, me encantó, muy bueno....
    Felicidades....

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